Poca gente habrá en el mundo que no conozca Facebook o sus filiales Instagram o WhatsApp. Estas son tan solo algunas de las aplicaciones -redes sociales y app de mensajería instantánea, respectivamente- que maneja el gigante de Internet pues entre su cartera de productos figura un amplio catálogo de aplicaciones, aparatos -como gafas 3D- y proyectos creados para la realidad virtual y la realidad aumentada.
Este tipo de productos menos conocidos, pero igual de importantes para el emporio de Zuckerberg, unido a la crisis reputacional que ha atravesado Facebook -y sigue atravesando- ha hecho que haya apostado por realizar un rebranding de la marca Facebook y presentar la evolución hacia la que, según ha explicado su cofundador, consejero delegado y accionista mayoritario, va a tender el mundo digital, las redes y las relaciones sociales en los próximos años.
Los problemas de Facebook
La red social con más de quince años de andadura ya llevaba un tiempo afirmando que su objetivo era conseguir que la gente les dejase de ver como una compañía principalmente de redes sociales para que les viese como una compañía de metaverso, aunque sin especificar qué era esto y qué consecuencias tenía exactamente.
No obstante, el empujón definitivo y anuncio de cambio de nombre de la compañía viene en un momento delicado para ella. Las revelaciones de una exejecutiva de la compañía que ha desvelado miles de documentos comprometedores sobre su funcionamiento entre los que destaca que la empresa prioriza, a pesar de análisis y alarmas internos, los beneficios frente a la seguridad y el interés de los usuarios; la demostración de que la compañía era consciente de que Instagram era tóxico para adolescentes o que favorece la polarización política sin tomar cartas en el asunto han hecho que Facebook caiga en picado.
A las duras críticas por la dudosa privacidad y la seguridad de la plataforma se une la caída, el pasado mes, de todas las redes de la compañía durante más de seis horas que no ha hecho si no agravar esta crisis reputacional. Para enfrentarse a ella e intentar solucionarla, Zuckerberg anunció la semana pasada, durante la conferencia anual para desarrolladores Facebook Connect, el nacimiento de Meta.
¿Qué es Meta?
Meta significa “más allá” y es el apócope o acortamiento de Metaverso, el mundo virtual que propone y al que aspira Zuckerberg. Supone un paso más en todo lo que se ha hecho hasta ahora y en todo lo que puede hacer Facebook.
En palabras del propio Zuckerberg, Meta será una experiencia de “Internet inmersivo” a la cual podremos acceder a través de la realidad virtual y la realidad aumentada y que, además, permitirá integrar Internet de forma más fluida y personalizada en todos los aspectos de nuestras vidas para que las experiencias reales y virtuales converjan.
El fundador de la plataforma afirma que su misión sigue siendo la misma: acercar a la gente. Pero en este nuevo metaverso caben innumerables aplicaciones y usos, algunas muy futuristas: desde socializar de forma virtual con avatares realistas, a convertir los puestos de trabajo en lugares virtuales o hacer deporte, viajar, estudiar o divertirse con la conexión de unas gafas de realidad virtual o aumentada. Las posibilidades son prácticamente infinitas en este nuevo mundo en el que se mezcla juego y realidad, y donde se espera que una de las fuentes de ingresos principal sea la venta de complementos para personalizar los propios avatares, la decoración de sus casas, accesorios variados para ese mundo virtual o una plataforma específica para poner en práctica el trabajo híbrido, entre otros.
Sin embargo en todo este mundo virtual todavía queda por especificar cual será la monetización que se podrá hacer, pues algunas empresas ya se han empezado a posicionar tímidamente viendo nuevas oportunidades de negocio en este nuevo espacio de encuentro social. Para empezar, Zuckerberg ha anunciado una inversión de 150 millones de dólares para formar a “la nueva generación de creadores del metaverso” y otros 50 millones para recabar opiniones de expertos sobre la forma que debe adoptar este universo virtual. No obstante, hasta dentro de un año -como pronto- no se empezará a vislumbrar nada tangible y el propio Zuckerberg reconoce que el desarrollo completo de este proyecto tardará años o décadas, pero deja claro que él quiere liderarlo. Una apuesta ambiciosa y arriesgada.
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